Una educación para nuestro tiempo
Se constituyen en Comunidad Educativa porque la tarea de la educación exige la aportación coordinada de todas las personas que intervienen en ella.
Nuestro Colegio forma parte de una institución dedicada a la formación humana y a la educación cristiana de los niños y los jóvenes, con más de 200 años de historia y experiencia, presente en los cinco continentes y en 82 países.
Como educadores maristas, compartimos y continuamos el sueño de san Marcelino Champagnat, de ofrecer a los niños y jóvenes una educación integral basada en la transmisión de valores, con especial atención a la dimensión trascendente, para hacer de ellos “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.
Una manera peculiar de ser y actuar en medio de los niños y jóvenes a los que educamos Un estilo educativo marcado por la cercanía y la sencillez de trato
Nuestro estilo educativo
PRESENCIA CERCANA Establecemos con los niños y jóvenes una relación basada en el afecto y la cercanía. SENCILLEZ Nuestra sencillez se manifiesta en el trato con los jóvenes a través de una relación auténtica, sincera y directa, sin pretensión ni doblez. ESPÍRITU DE FAMILIA Construimos comunidad entre todos los que se relacionan con nuestras obras y actividades, los que trabajan con nosotros, los jóvenes que nos han sido encomendados y sus familias. AMOR AL TRABAJO Marcelino Champagnat nos transmitió el amor al trabajo bien hecho, el afán de superación y el valor del esfuerzo. Seguimos su ejemplo siendo generosos de corazón, constantes y perseverantes en el trabajo de cada día. AMOR A MARÍA, LA BUENA MADRE Presentamos a María a los niños y jóvenes como mujer creyente, peregrina en la fe y Buena Madre, verdadero modelo de vida cristiana.
Nuestra razón de ser como institución, la razón de ser de nuestras obras educativas: “formar buenos cristianos y honrados ciudadanos”
Misión
Un objetivo preferente de nuestra misión es la evangelización. Somos herederos de un proyecto educativo iniciado por san Marcelino Champagnat, cuyo fin es “Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar”. Nuestro colegio, participando de la misión evangelizadora de la Iglesia, tiene como fin promover la educación integral de los niños y los jóvenes, armonizando fe-cultura-vida y atendiendo al desarrollo de la persona en todas sus dimensiones. A través de la educación buscamos la transformación de la sociedad fomentando en los niños y los jóvenes el sentido crítico, la responsabilidad, el respeto, la libertad, la participación y la implicación en la consecución de una sociedad más justa y solidaria.
Creemos en un modelo de organización basado en la idea de comunidad educativa que favorece: la participación, la corresponsabilidad, el desarrollo de las personas y la capacidad de innovación
Comunidad educativa
La configuración del centro como comunidad educativa se manifiesta en la comunión de criterios y en la participación corresponsable de todos los estamentos que la forman.
- La institución marista, como Titular, es responsable de expresar y dar continuidad al Proyecto educativo y velar por la cohesión de todos los que participan en él.
- Los educadores desempeñan un papel decisivo en la vida del centro.
- Las familias son los principales responsables de la educación de sus hijos. Prestan su apoyo y colaboración en la tarea colegial mediante los diferentes órganos de participación.
- Los alumnos son los primeros protagonistas de su propio crecimiento. Intervienen activamente en la vida del centro y asumen responsabilidades acordes con su edad.
- Hay otras muchas personas que colaboran en la actividad colegial y hacen posible y más eficaz la acción educativa desde sus respectivas tareas.