Colegio Maristas Santa María del Prado
Nuestro Colegio forma parte de una institución dedicada a la formación humana y a la educación cristiana de los niños y los jóvenes, con más de 200 años de historia y experiencia, presente en los cinco continentes en de 82 países.
Como educadores maristas, compartimos y continuamos el sueño de san Marcelino Champagnat, de ofrecer a los niños y jóvenes una educación integral basada en la transmisión de valores, con especial atención a la dimensión trascendente, para hacer de ellos “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.
Una institución con más de 200 años de historia y experiencia, dedicada a la formación humana y a la educación cristiana de los niños y los jóvenes, con presencia en los cinco continentes en más de 75 países.
Como educadores maristas, compartimos y continuamos el sueño de san Marcelino Champagnat (Francia, 1789-1840) de ofrecer a los niños y jóvenes una educación integral basada en la transmisión de valores, con especial atención a la dimensión trascendente, para hacer de ellos “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.
Aprovechamos el cambio social como oportunidad de renovación de nuestro estilo pedagógico para responder a los retos que nos plantea la sociedad de hoy.
La Provincia marista Ibérica tiene obras educativas en las Comunidades autónomas de Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja, Madrid, Navarra, País Vasco y Aragón, además de dos obras sociales en Rumanía.
Una manera peculiar de ser y actuar en medio de los niños y jóvenes a los que educamos un estilo educativo marcado por la cercanía y la sencillez de trato
nuestro estilo educativo
PRESENCIA CERCANA
Establecemos con los niños y jóvenes una relación basada en el afecto y la cercanía.
SENCILLEZ
Nuestra sencillez se manifiesta en el trato con los jóvenes a través de una relación auténtica, sincera y directa, sin pretensión ni doblez.
ESPÍRITU DE FAMILIA
Construimos comunidad entre todos los que se relacionan con nuestras obras y actividades, los que trabajan con nosotros, los jóvenes que nos han sido encomendados y sus
familias.
AMOR AL TRABAJO
Marcelino Champagnat nos transmitió el amor al trabajo bien hecho, el afán de superación y el valor del esfuerzo. Seguimos su ejemplo siendo generosos de corazón, constantes y perseverantes en el trabajo de cada día.
AMOR A MARÍA, LA BUENA MADRE
Presentamos a María a los niños y jóvenes como mujer creyente, peregrina en la fe y Buena Madre, verdadero modelo de vida cristiana.
Nuestra razón de ser como institución, la razón de ser de nuestras obras educativas: “formar buenos cristianos y honrados ciudadanos”
misión
Un objetivo preferente de nuestra misión es la evangelización. Somos herederos de un proyecto educativo iniciado por san Marcelino Champagnat, cuyo fin es “Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar”.
Según el espíritu de san Marcelino Champagnat, hacemos de los niños y jóvenes más necesitados los destinatarios preferidos de nuestra misión.
Nuestras obras educativas, participando de la misión evangelizadora de la Iglesia, tienen como fin promover la educación integral de los niños y los jóvenes, armonizando fe-cultura-vida y atendiendo al desarrollo de la persona en todas sus dimensiones.
A través de la educación buscamos la transformación de la sociedad, fomentando en los niños y los jóvenes el sentido crítico, la responsabilidad, el respeto, la libertad, la participación y la implicación en la consecución de una sociedad más justa y solidaria.
Lo que queremos conseguir como institución dedicada a la educación de los niños y jóvenes: una educación integral de la persona, con especial atención a la dimensión trascendente
visión
Conseguir que nuestras obras educativas sean en el entorno una referencia por su dimensión evangelizadora y su capacidad de acompañar a los niños y jóvenes en el proceso de crecimiento en la fe.
Asegurar la educación integral de los niños y jóvenes a los que atendemos y prepararlos para ser agentes de transformación de la sociedad.
Atender de manera preferencial a los niños y jóvenes con mayores necesidades y avanzar en el desarrollo de proyectos educativos destinados a niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad.
Conseguir que nuestras obras se distingan en su entorno por la calidad de su gestión y por el desarrollo de proyectos de innovación que respondan a la realidad cambiante de la sociedad.
Asegurar en nuestras obras la identidad marista, formando y acompañando a los diferentes agentes en el conocimiento y asimilación del carisma y promoviendo nueva vida marista.
Las convicciones y principios que guían nuestras reflexiones y actuaciones como grupo: creemos en el Evangelio como núcleo integrador de los valores que queremos transmitir
valores
Reconocemos la existencia de unos rasgos bien definidos y ya tradicionales de la pedagogía marista, que perviven en nuestras obras: la presencia cercana del educador, la sencillez, el amor al trabajo, el espíritu de familia y el amor a María, la Buena Madre.
Creemos en la comunidad educativa como ámbito en el que se desarrollan la participación de todos, el trabajo en equipo, la corresponsabilidad de las familias en la tarea educativa, la atención a los más necesitados, el compromiso por la transformación de la sociedad y la celebración y expresión de la fe.
Nos identificamos con valores emergentes en nuestra sociedad y que están presentes en nuestro Proyecto educativo institucional como son:
- la comunicación,
- la solidaridad,
- la interculturalidad,
- la ecología y
- la sed de espiritualidad
Creemos en un modelo de organización basado en la comunidad educativa que favorece: la participación, la corresponsabilidad, el desarrollo de las personas y la capacidad de innovación
comunidad educativa
La configuración del centro como comunidad educativa se manifiesta en la comunión de criterios y en la participación corresponsable de todos los estamentos que la forman.
- La institución marista, como Titular, es responsable de expresar y dar continuidad al Proyecto educativo y velar por la cohesión de todos los que participan en él.
- Los educadores desempeñan un papel decisivo en la vida del centro.
- Las familias son los principales responsables de la educación de sus hijos. Prestan su apoyo y colaboración en la tarea colegial mediante los diferentes órganos de participación.
- Los alumnos son los primeros protagonistas de su propio crecimiento. Intervienen activamente en la vida del centro y asumen responsabilidades acordes con su edad.
- Hay otras muchas personas que colaboran en la actividad colegial y hacen posible y más eficaz la acción educativa desde sus respectivas tareas